El lector es instituido para proclamar las lecturas de la Sagrada Escritura, a excepción del Evangelio. También podrá anunciar las intenciones de la Oración Universal y, en ausencia de un salmista, recitar el Salmo entre lecturas.

​Los ujieres y saludadores están llamados a ser Ministros de Hospitalidad. Se les confía la tarea de promover un sentido de acogida y de pertenencia entre todos los fieles reunidos para el culto. Son el primer punto de contacto para la celebración comunitaria de la Liturgia y, debido a esto, deben tomar medidas especiales para ser representantes vivos de la Declaración de la Misión Parroquial. Los Ministros de Hospitalidad ministran a toda la comunidad de una manera muy activa. Al liberar a cada persona de sus propios impedimentos personales para la Misa a través de una atmósfera acogedora, los ministros de hospitalidad asumen un papel activo para permitir que cada persona llegue a una expresión más libre de Dios en la Liturgia.